martes, 16 de marzo de 2010

El puente sobre el río Kwai


-Que tío más hartizo, ya podía silbar otra cosa, pensé. Era tan insistente el soniquete, que al final me tuve que dar la vuelta para mirar. Yo estaba apoyado en una barandilla del muelle de Olabeaga sumergido en el silencio de una tarde soleada de las que hay pocas por aquí, contemplado, disfrutando y "retratando" el reflejo en el agua de las casitas de colores de Zorrozaurre. ¡Coño, si es un loro! Un loro en un balcón, parecido al de la foto y que se había aprendido las ocho primeras notas de "El puente sobre el río Kwai". Perplejo y con la mayoría de los sensores de mi incredulidad activados me quedé durante un buen rato. -Hay que ver, como afina el cabrón. Traté de grabar su canto con el móvil pero, para mí que me vio las intenciones y se calló. (Y ya no volvió a silbar). Justo en ese momento, mientras un barco de esos que llevan de excursión a los turistas dibujaba pequeñas olas sobre la superficie acristalada de la ría, mi tarde cambió de rumbo. Por un lado, ya no podía quitarme de la cabeza la alegre melodía de la película y por otro, sendos pensamientos que de por sí formaban un ángulo bastante obtuso se apoderaron de mí. Sin entrar en senos ni cosenos ni tangentes de difícil comprensión..., la resolución asociada al asunto mencionado es esta: A:) Millones de personas en el mundo con sus capacidades intelectuales bien desarrolladas son incapaces de silbar o entonar sin desafinar las ocho primeras notas de El Puente sobre el río Kwai como lo hace el loro. B:) Millones de personas en el mundo que disfrutan de la libertad de poder estar en cualquier parte son menos felices que parece ser el loro, aún estando enjaulado. (Porque digo yo...que si silba es porque está contento) ¿? Pensamiento avanzado: ¿Es un loro más inteligente que muchas personas? ¿Si un loro es feliz viviendo en una jaula, significa eso que es más perfecto que el ser humano?. Si aplicáramos la tercera dimensión al análisis filosófico de las variables A y B, donde F es la felicidad del ser humano y K un constante sin determinar que se incrementa con la edad desde la infancia hasta la vejez, sería necesario trabajar muy en serio sobre la base de profundos cálculos binonocóicos de tercer orden, porque con un desarrollo matemático puro esto no se puede entender. Así que, dejémoslo así.

1 comentario:

  1. Lo que comentas sobre los loros-tenores es rigurosamente cierto; este verano tuvimos en el campo una ninfa (pequeño loro oriundo de Australia) que entonaba perfectamente las primeras notas del tema principal de la película "Carros de Fuego". No sólo tienen un oído privilegiado, además -como bien dices- su cerebro está bastante más desarrollado que de algunos humanos...

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