viernes, 12 de marzo de 2010

Atrapado en el metro

Jabi me ha animado a que suba al blog esta historia que me sucuedió el año pasado en el Metro de Bilbao...


Os voy a contar como viví los 20 minutos mas angustiosos de toda mi vida.
Ayer, como un día cualquiera volvía a casa en el metro. Me senté, como casi siempre, junto a una de las puertas y enseguida (soy un gran observador) me percaté de que el pulsador que abre y cierra cada una de las puertas era diferente. Tenía unas luces que parpadeaban y tal...miré al frente y vi unas pantallas informativas de tecnología SMT de 1 x 16 caracteres alfanuméricos que antes no estaban al tiempo que noté un tacto mas suave en el plástico de los asientos.-Claro, éste será uno de los nuevos trenes que han puesto para la línea de Santurce que inauguran en Julio, me dije. El resto del tren parecía idéntico a los de siempre. Calibré la precisión de mi agudeza auditiva al máximo para comparar el sonido que hacen las ruedas de acero en la curvas y llegué a la conclusión de que éstos nuevos trenes son un poco mas silenciosos, concretamente un 10%. Mientras iba pensando todo esto (la gente normal lee libros en el vagón), y en el olor a nuevo mezclado con el aire ionizado resultante del intercambio de electrones entre la catenaria y las moléculas de hidrógeno que encontrándose suspendidas son empujadas desde los andenes hacia el interior de los vagones a consecuencia del equilibrio de presiones, de repente, me asaltó una duda: -¿Será éste tren tan seguro como los demás? Por un lado, al ser mas moderno estará dotado de mejor tecnología pensé, pero...por otro lado, los otros, ya tienen mucho rodaje. Así, entre absurdos análisis técnicos y leyes de Murphy, en la estación de Bagatza, una señora gorda y su hijo pequeño suben al tren y se sientan a mi lado. Si hay algo que me de coraje es, que habiendo asientos libres en el tren, una señora gorda y su hijo pequeño se siente a mi lado...-Vaya, me tocó la china...refunfuñé. Era sudamericana, pero para el caso es lo mismo...Minuto 1, el desconcierto. Nada mas abandonar la estación, justo cuando el último vagón había entrado en el túnel, de repente, los motores del tren se dejan de escuchar. El ruido de fondo de los mecanismos desaparece misteriosamente tras un breve sonido de fallo de energía parecido al que se escucha en las películas cuando alguien corta el suministro eléctrico de una gran fábrica tirando hacia abajo de una enorme palanca de hierro. -Joder, que mal rollo. Me decía mientras tragaba saliva. -¡También es casualidad que llevo todo el rato pensando en la seguridad de éste tren y que ahora pase esto!. El tren apenas había alcanzado velocidad, sin embargo, la inercia y el peso de éste hicieron que hasta el momento de detenerse se adentrara en el túnel, según mis cálculos, unos 300 metros. Un silencio absoluto reinaba en el vagón. Eran sobre las 17.30 y afortunadamente no había mucha gente, todos estábamos sentados. En ese momento la luz del tren permanecía encendida pero con menos intensidad de lo normal.. Nadie hablaba, nadie se movió de su sitio. -Bueno Luis, tranquilo, está claro que ha sido un corte de corriente, lo arreglarán enseguida. Pero no...no pude estar tranquilo. En los dos minutos siguientes notaba como mi mente se hacía rápidamente independiente, no podía dominarla, todo lo contrario. Enseguida me di cuenta de que me encontraba en una situación nueva, que nunca antes había vivido y que no tenía la confianza suficiente de saber afrontarla. La ansiedad y la angustia eran inevitables. Lo primero que hice fue echarme la mano al bolsillo de la camisa. Suspiré al ver que llevaba tabaco. -Que tontería, en el metro no se puede fumar...aún así me dije: -bueno, como es una situación extraordinaria... De todos modos, no fumé; pero empezaron a venirme un montón de pensamientos negativos a la cabeza. Verme dentro de un tren parado en mitad de un túnel, con la impotencia de no poder salir, me hizo sentir una angustia para mi, sin precedentes. -Vale no será nada pero...¿y si ha sido un atentado? ¿Y se el fallo eléctrico provoca un incendio? ¿Y si viene otro tren por detrás y choca contra nosotros? Mirar por el cristal de la puerta y no ver nada mas que la mas absoluta oscuridad me producía una sensación de miedo atroz. -A ver Luis, veníamos en esta dirección, estamos a unos 300 metros de la estación, eso quiere decir que en el caso de salir del tren tendrías que ir hacia allí pues la siguiente estación estará a unos 1000 metros...Fueron unos momentos de angustia terribles. La idea de que pudiese haber fuego y humo me estaba aterrando. Me puse la mano en el cuello y noté que las pulsaciones las debía de tener a 200. Minuto 3, se rompe el silencio.
Los tres tonos previos al mensaje por megafonía invaden el ambiente al mismo tiempo que en décimas de segundo me crean si cabe mas incertidumbre sobre todo, porque en primer lugar dan el comunicado en euskera... -Joder, coño, que estarán diciendo. Por fin llega el mensaje en castellano. -Metro Bilbao informa. Debido a un problema aun sin determinar han sido activados los sistemas de emergencia y el tren permanecerá parado hasta nuevo aviso. O algo así... pero ese "aún sin determinar", me puso histérico. Minuto 4, los móviles. Lo que hasta ahora había sido silencio y calma, poco a poco, se va tornando en suspiros, gente que resopla, y llamadas de móvil. -Oye, que estamos atrapados en el metro y no podemos salir, no se cuando llegaré bla bla bla...-Ama (mamá), que me he quedado en el metro en Bagatza, dile a Leire bla bla bla...Mientras yo, tratando de controlar mis pensamientos...pero me era imposible. -Que hago, me pongo de pie, fumo, no fumo...canto una canción, pienso que es de noche y estoy dormido...Minuto 6, el enterao. -Como esto dure mucho me va a dar algo. Mientras se venían a mi mente imágenes de la película Pánico en el Túnel, empecé a sentirme realmente angustiado. Por motivos ajenos a esta historia, casualmente (nunca lo llevo) llevaba conmigo un blister de píldoras de Trankimazín. -Joder, esto es el destino...está claro, por qué sino ha tenido que pasar hoy que llevo esto en el bolsillo...las cosas pasan, por que no me habrá de tocar a mi...maldita sea...por qué no habré llegado 5 minutos mas tarde a la estación, por que no me parado a tomar un café...Pensaba en la gente que estaba "libre" en la calle, en los que estaban en sus casas, en los bares...en mi madre...estaba claro, estaba siendo víctima de verdadero ataque de pánico. Por megafonía, un nuevo aviso. Tras la misma incertidumbre anterior, el mensaje es exactamente el mismo. Un señor que se había puesto de pie va y nos dice... -Esto ha sido de los alternadores o el pantógrafo que no hace buen contacto. Yo me dije, -vaya, lo que me faltaba, el "enterao".
Nunca he entendido por qué en todos los sitios y en todos órdenes de la vida hay un enterao...No soporto a los "enteraos". Pero así, mientras deliberaba conmigo mismo acerca de intervenir o no en relación a la tontería que acababa de decir el enterao, llegué algo mas tranquilo al minuto 10. Minuto 10, el nervioso. Seguía pensando y pensando mil tonterías, intentaba animarme...-Venga Luis, tu eres inteligente, si a los 10 minutos no hay humo, entonces no hay peligro, ten paciencia, el metro de Bilbao es entre otras cosas el mas seguro de Europa así que no va a pasar nada...Pero luego, el miedo me volvía a traicionar...-Será verdad que es el mas seguro de Europa o será una Bilbainada...Por tercera vez, por megafonía, una vez mas, el mismo mensaje...-Estamos a la espera de solventar la avería bla bla bla...Un ruido mecánico se escucha. Parecía que el tren quería arrancar...pero no...Un tío flaco con cara de pocos amigos se coloca junto a una de las puertas y comienza a dar golpes en el cristal. Durante varios minutos daba toques rítmicos como en código Morse. Raya raya punto, raya punto y así una vez y otra y otra y otra...primero despacio y al final cada vez mas fuerte. -Como se siga poniendo nervioso acabará por darle patadas al cristal...y el resto de personas se pondrán nerviosas también...y esto será un caos...De nuevo, se escucha un intento de arranque del tren. Lo peor...estaba por ocurrir. ¡ El vagón se queda a oscuras!. -Joder, joder, joder, esto si que es chungo...En ese momento si que me vi perdido...fueron un par de minutos hasta que la luz del vagón se hizo de nuevo pero fue horrible. A estas alturas todo el mundo estaba nervioso, yo ya no sabía como ponerle, si de lado, si de pie, si sentado...me dolía el estomago de los nervios...no podía soportar esa sensación de saberme a oscuras en mitad de un túnel dentro de un tren.
-Que pasará con la ventilación, ¿habrá aire para todos? me decía...Minuto 15, la señora gorda de humor estúpido. Ya de nuevo con luz en el vagón, encontrándome con menos miedo pero igual de nervioso...el hijo de la señora gorda va y dice: -Mama, ¿cuando nos vamos para casa? -Nunca hijo, ya no nos vamos nunca. -¿Por qué, porque el tren se ha roto? -Claro hijo, porque el tren se ha roto.-¿Y entonces donde vamos a vivir ahora? -Pues aquí, en el tren. En fin, esta señora gorda no me puso más nervioso pero si que me tocó las narices...no entiendo este tipo de comportamiento. Afortunadamente, unos minutos después, el tren arrancó, pero antes, como no...El tremendista. Un tío hablando por el móvil...-Escucha fulanico...que resulta que estamos atrapados en el tren y están diciendo por la emisora del maquinista que nos tienen que desalojar, que tenemos que salir de uno en uno...bla bla bla....
Se lo estaba inventando, pues yo iba en el primer vagón mas ceca de la cabeza del tren que el, y no se podía escuchar nada...Minuto 20, por fin. Las luces del vagón, que al parecer estaban a mitad de potencia, se encienden a plena carga. Los motores se ponen en marcha...para mi fue un sonido celestial, respiré aliviado...y me dije: -Bueno, pues esta vez no es la mía... En la siguiente estación, Urbínaga, me "tiré" del tren en cuando se abrió la puerta. Aún faltaban 2 Km. para mi destino pero me dije... -paso de todo, me voy andando. Curiosamente fui el único que se apeó del tren, quizás fui el mas afectado...o el mas cobarde...pero me da igual, cuando salí a la estación (la única exterior del recorrido) me fumé 5 cigarros seguidos y disfrute de una sensación de libertad extraordinaria. Después supe que la avería había sido consecuencia de un fallo en una sub-central eléctrica ajena a Metro Bilbao y que mi tren arrancó gracias a un sistema de energía autónomo el cual, por medidas de seguridad no se había puesto en marcha hasta que las comprobaciones oportunas se habían realizado. Otros dos trenes, no se por qué, tuvieron que ser desalojados en otros túneles y la gente tuvo que ir andando hasta la estación. Sinceramente, no le deseo a nadie esta experiencia.  La estación de Urbínaga, la única exterior, Dios mío que alivio...

                                   

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